Boca visitará a Independiente Rivadavia en Mendoza en un partido que se vive como una final. Y si a la tensión del mal presente xeneize le faltaba un ingrediente, ese es el reencuentro con Sebastián Villa, quien volverá a enfrentar al club en el que brilló y del que salió por la puerta de atrás.
El colombiano que fue figura y hoy es rival

Villa, actualmente en Independiente Rivadavia, ya se midió dos veces con Boca desde su salida, pero esta vez el contexto es distinto: el Xeneize llega golpeado y un gol suyo podría tener un peso simbólico enorme. El delantero de 29 años fue uno de los mimados de Miguel Ángel Russo en su anterior ciclo y ahora puede convertirse en el “villano” que complique aún más al DT.
El plan de Russo para neutralizarlo
Consciente del daño que Villa puede provocar con su velocidad y desequilibrio, Russo trabajó especialmente durante la semana para diseñar un plan de contención. Probó variantes en la defensa: Nicolás Figal y Pellegrino como dupla central y Barinaga o Blanco en los laterales. Incluso testeo a Frank Fabra, viejo compañero de Villa, como opción.
Un reencuentro cargado de morbo
El paso de Villa por Boca terminó en conflicto: se marchó a Europa pese a tener contrato vigente, fue condenado por violencia de género y su relación con Juan Román Riquelme quedó quebrada. El regreso al Malvinas Argentinas promete tensión: ¿habrá saludo con Russo, el DT que lo potenció y hasta lo quiso de nuevo en este ciclo?
Más que un partido de tres puntos
El duelo ante Independiente Rivadavia puede ser decisivo no solo para Boca en la tabla, sino también para el futuro de Russo y la gestión de Riquelme. En ese escenario, Villa aparece como una figura que podría marcar mucho más que un gol: podría ser quien empuje al Xeneize a una crisis aún mayor.