La Bombonera volverá a vibrar este viernes, pero no solo por el debut como local en el torneo Clausura. El gran motivo del entusiasmo es otro: la vuelta de un ídolo que, sin jugar aún un solo minuto oficial en esta etapa, ya moviliza multitudes. Más de 50.000 hinchas se acercaron la semana pasada solo para verlo de cerca, y ahora el escenario está listo para que el sueño continúe, esta vez en plena competencia.
Leandro Paredes regresó al Xeneize luego de más de una década en Europa. Su paso por Roma, PSG y Juventus, su lugar en la Selección Argentina y el título mundial conquistado en Qatar convirtieron a ese juvenil que se fue en 2013 en una verdadera figura internacional. A sus 31 años, vuelve en plenitud, con jerarquía y liderazgo, y Boca ya lo siente como el estandarte de una nueva ilusión.
En su presentación oficial, Paredes no pudo ocultar la emoción. “Pensé que no iba a venir nadie, y la cancha estaba llena”, confesó. Las lágrimas lo delataron apenas pisó el césped. La ovación fue total, y los hinchas le dedicaron un canto especial que se repitió por toda la Bombonera. Ahora, la expectativa gira en torno a su participación ante Unión, ya que Miguel Russo lo incluyó por primera vez en la lista de concentrados.
El club, consciente del impacto que generó su vuelta, decidió organizar un recibimiento a la altura de las circunstancias. Habrá banderas con su imagen, un telón preparado especialmente y hasta una mención especial desde la voz del estadio. La idea es que el clima sea de fiesta desde antes del pitazo inicial, con Paredes como protagonista absoluto del reencuentro.
El partido ante Unión marcará el inicio de una nueva etapa para el mediocampista en Boca, con todo el peso simbólico que eso implica. Como ocurrió alguna vez con Riquelme, Tevez o Maradona, el regreso de Leo representa mucho más que un refuerzo: es el retorno de un hijo pródigo, con la camiseta azul y oro nuevamente sobre la piel y una hinchada lista para hacerle sentir que esta es su casa.