La derrota contra Atlético Tucumán dejó secuelas. Más allá de que Miguel Ángel Russo salió a respaldar al equipo y apuntó contra el arbitraje por la falta no sancionada sobre Leandro Paredes en el primer gol, el DT de Boca ya piensa en realizar varios cambios de cara al duelo ante Huracán. La presión es alta y la racha negativa obliga a mover piezas para encontrar respuestas en un plantel golpeado.
Las modificaciones se deben tanto al flojo rendimiento como a la seguidilla de partidos sin triunfos, una crisis futbolística que lleva ya diez encuentros. Russo trabaja con un grupo reducido dentro de un plantel numeroso y sabe que, con pocas opciones realmente firmes, tendrá que ajustar detalles sin desarmar todo. En ese marco, empieza a perfilar el once para el domingo.
Russo no se casa con nadie: entre lesiones, bajo nivel y necesidad de cambios
Uno de los puntos clave está en los laterales. Luis Advíncula pelea el puesto con Juan Barinaga, mientras que Lautaro Blanco volvería a la titularidad luego de haber sido reemplazado por Frank Fabra en Santiago del Estero. El colombiano, que volvió tras seis meses sin jugar, no convenció y perdería su lugar.
La gran incógnita es Leandro Paredes. El campeón del mundo terminó tocado físicamente y Russo lo evaluará hasta último momento. Si no llega, Battaglia pasaría al mediocampo y Lautaro Di Lollo volvería a la defensa central, una estructura que el entrenador ya utilizó en partidos anteriores. Si Leo responde bien, todo indica que se mantendrá en el equipo.
En ataque, la continuidad de Edinson Cavani no está garantizada. A pesar de haber roto su sequía con el gol del descuento frente a Atlético Tucumán, su nivel sigue siendo bajo y el cuerpo técnico analiza si lo saca del equipo titular. En su lugar podrían ingresar Kevin Zenón o Brian Aguirre, con la posibilidad de abandonar el esquema de doble nueve. Merentiel seguiría si está en condiciones.
Por ahora, Russo espera la evolución física de sus jugadores, pero ya empieza a definir una formación que puede tener nombres nuevos y la intención de cortar con una de las peores rachas de Boca en su historia reciente.
