La gran victoria de Boca en Mendoza ante Independiente Rivadavia por 3-0 puso fin a una racha negativa de 12 partidos sin triunfos, pero no todo fue festejo para Miguel Ángel Russo. Durante el encuentro, dos futbolistas importantes encendieron las alarmas por distintas molestias físicas que preocupan al cuerpo técnico.
Preocupación por Paredes y Alarcón
El primero en generar inquietud fue Leandro Paredes, quien en el primer tiempo se quedó tomando una pierna tras un roce de juego. El volante central, que fue una de las figuras del equipo por su pegada, claridad en los pases y conducción desde el medio, logró terminar el partido, pero en la zona mixta reconoció haber sentido una sobrecarga en el cuádriceps derecho. Los médicos del club lo evaluarán nuevamente el martes, cuando el plantel regrese a las prácticas en Ezeiza.
Pero también la preocupación se trasladó a Williams Alarcón. Sobre el final del encuentro, con el marcador ya 3-0, el chileno recibió una dura entrada de Studer a la altura de la rodilla izquierda. La falta fue tan fuerte que el mediocampista quedó rengueando y con claras señales de dolor, por lo que también será sometido a estudios para descartar una lesión más seria.

Más allá de las molestias, lo positivo para Russo fue que ambos jugadores lograron completar el partido. Sin embargo, el cuerpo médico de Boca ya trabaja con cautela para que estas dolencias no se transformen en un problema de cara al próximo compromiso en el Clausura: el domingo que viene desde las 18.15 contra Banfield, en La Bombonera, por la sexta fecha del torneo.
La victoria en Mendoza marcó el cierre de una larga sequía y la ilusión de que el triunfo sea el inicio de una nueva etapa, aunque la salud de Paredes y Alarcón se convirtió en un tema a seguir muy de cerca.