El regreso al gol fue un desahogo, pero sus palabras fueron aún más fuertes. Leandro Paredes habló luego del triunfo de Boca ante Independiente Rivadavia y dejó en claro que la prioridad no es lo individual, sino el despegue colectivo de un equipo que necesitaba cortar una racha histórica.
“Me da igual si me lo dan a mí o no, lo importante era ganar. Esta es una victoria que nos hace bien a todos. Ojalá sea un punto de partida. No hay que relajarse, hay que seguir mejorando“, aseguró el mediocampista campeón del mundo apenas finalizó el encuentro en Mendoza.
El peso de cortar la racha
El tanto de Paredes —con rebotes y complicidad del arquero Centurión— abrió el marcador y permitió que Boca cambiara la historia. Más allá de la autoría oficial, el volante se sacó de encima el peso de un equipo que llevaba 12 partidos sin ganar y que había perdido confianza en cada presentación.
Sus declaraciones transmitieron un mensaje directo al plantel y a los hinchas: el triunfo no puede ser un final, sino el inicio de un nuevo camino. En ese sentido, Paredes asumió un rol de líder, destacando la importancia de no relajarse y de sostener la intensidad.
Un festejo once años después
Como dato extra, el gol lo conectó con una historia que parecía lejana. Su último festejo en Boca había sido en noviembre de 2013 frente a Tigre, cuando tenía apenas 19 años. Esta vez, con 31 y tras una carrera que lo llevó por Europa y al título mundial con la Selección, Paredes volvió a abrazarse con la gente de Boca, besando el escudo y descargando toda la bronca acumulada.
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Pero más allá del recuerdo, su mensaje quedó claro: “Lo importante era ganar”. El volante sabe que el triunfo en Mendoza puede ser el punto de inflexión para que el Xeneize deje atrás los fantasmas y comience a escribir una nueva historia.
