Boca no termina de encontrar la estabilidad que tanto busca. Y si bien los focos están puestos en el debut de Leandro Paredes, el presente de Edinson Cavani genera cada vez más preocupación en el cuerpo técnico. El delantero uruguayo sigue sin entrenar a la par de sus compañeros y la incógnita sobre su regreso vuelve a instalarse en el plantel.
El episodio que lo volvió a frenar ocurrió el jueves pasado, en una práctica de fútbol informal en la Bombonera. Allí, el goleador chocó con Agustín Marchesín y sufrió un fuerte traumatismo en la zona intercostal. Lo más preocupante es que esa zona ya había sido afectada meses atrás por una lesión lumbar que lo tuvo marginado. Desde entonces, Cavani trabaja de manera diferenciada, sin contacto ni exigencia física.
Aunque estuvo entre los concentrados frente a Argentinos Juniors, finalmente quedó descartado. No fue sólo una cuestión de precaución, sino la confirmación de que la molestia persiste. Y este lunes, volvió a entrenarse apartado del grupo, dejando en evidencia que su vuelta no está tan cerca como se pensaba.
El cuerpo técnico no lo descarta del todo para el partido del viernes ante Unión, pero su estado físico genera serias dudas. Russo fue claro en su última conferencia: quiere evitar cualquier tipo de recaída y prefiere apostar por jugadores que estén al 100%. El Matador, mientras tanto, no juega un partido completo desde el 19 de abril, hace casi tres meses.
En lo que va del 2025, Cavani sólo disputó 13 encuentros y convirtió dos goles. La seguidilla de lesiones, su edad (38 años) y la falta de ritmo lo mantienen lejos del nivel que todos esperan. A esta altura, su recuperación parece más una cuestión de paciencia que de plazos. Y aunque no se baja de la pelea, el futuro inmediato del uruguayo es una gran incógnita.