Miguel Ángel Russo planifica la visita del domingo a Mendoza con la tranquilidad de tener una semana larga de trabajo, pero en la primera práctica de este miércoles recibió una señal de alerta: Malcom Braida no se movió a la par de sus compañeros y está en duda para el partido contra Independiente Rivadavia, por la quinta fecha del Torneo Clausura.
El volante, que había estado ausente el martes por la mañana para acompañar el nacimiento de su hijo, volvió al predio de Ezeiza y se calzó los botines. Sin embargo, el regreso no fue completo. En el clásico ante Racing, el cordobés de 27 años sufrió un golpe que todavía le pasa factura, y esa molestia lo obligó a entrenar diferenciado mientras el resto del plantel trabajaba en el campo principal.
Los estudios médicos descartaron una lesión, aunque el diagnóstico no despeja todas las dudas. El ex San Lorenzo ya acumula dos jornadas sin entrenarse con normalidad y, a medida que el domingo se acerca, la incertidumbre crece. Russo sabe que cada sesión cuenta para definir su equipo y que Braida, hoy, está en veremos.
La decisión final dependerá de cómo evolucione en los próximos días. Si responde bien, podría viajar y ser titular frente ante la Lepra mendocina, encuentro que se disputará en el Estadio Malvinas Argentinas y que contará con la presencia del público xeneize. De lo contrario, el DT deberá pensar en alternativas para ocupar ese sector en un partido que Boca no puede dejar pasar.
