La derrota contra Huracán no solo agravó la crisis futbolística de Boca, sino que también lo dejó afuera de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores 2026, uno de los grandes objetivos de la temporada. En un contexto ya delicado, el golpe en el Ducó tuvo consecuencias directas en la tabla anual, donde el equipo de Miguel Russo ya no figura entre los clasificados.
El golpe en el Tomás Ducó tuvo impacto inmediato en la tabla acumulada, que hoy por hoy es la única vía segura que le queda al equipo de Miguel Ángel Russo. Boca cayó al cuarto lugar con 35 puntos, misma cantidad que Argentinos Juniors, pero con una peor diferencia de gol: +12 contra +14, tras el gol de Matko Miljevic que definió el partido. Con Platense ya clasificado por ser campeón del Apertura, y fuera del top 3 anual, el cuarto puesto no alcanza, al menos por ahora.
La situación no sorprende si se analiza el presente deportivo del equipo. Boca acumula 11 partidos sin triunfos, atraviesa su peor racha histórica y no da señales de reacción. Miguel Russo, que había llegado para cambiar la cara del equipo tras la salida de Mariano Herrón, no logró ningún triunfo desde su regreso y empieza a quedar en el centro de todas las miradas.
Lo más preocupante es que la falta de resultados no solo afecta el presente, sino también compromete seriamente el futuro. Sin clasificación a la Libertadores, el año 2026 sería un golpe durísimo en lo deportivo, institucional y económico para el club. Por eso, lo que viene ya no admite más margen de error: el Xeneize está obligado a reaccionar si no quiere perderlo todo.