La cuenta regresiva se terminó. Este martes, en Nashville, Boca Juniors jugará su última carta en el Mundial de Clubes con una consigna clara: golear al Auckland City y esperar que Bayern Munich haga lo suyo ante Benfica. Y en ese contexto decisivo, Williams Alarcón fue la voz del equipo en la antesala del encuentro que definirá el futuro del Xeneize en la competencia internacional.
“Creemos que podemos hacer la cantidad de goles que tenemos que hacer”, expresó el mediocampista chileno con total convicción. La exigencia no es menor: por diferencia de gol con los portugueses, Boca necesita convertir al menos seis tantos para soñar con los octavos de final. Un escenario límite, aunque no imposible, que el plantel de Miguel Ángel Russo está dispuesto a enfrentar con determinación y confianza.
En la conferencia de prensa, Alarcón dejó claro que el grupo mantiene la fe intacta, pese a depender también del resultado del otro partido del grupo. “Primero tenemos que hacer lo nuestro y luego ver cómo va el otro partido”, dijo, con la mente enfocada en el objetivo principal. También valoró la evolución del equipo en el torneo: “Hemos cambiado la cara de lo que fuimos en el último tiempo y nos ha servido para ver de qué estamos hechos”, analizó.
Más allá de lo táctico, el apoyo del hincha también juega su partido. Se espera un estadio con mayoría xeneize, algo que Alarcón no pasó por alto: “Lo de los partidos anteriores fue una cosa que nunca viví, fue hermoso”. Esa energía, ese aliento, será el motor emocional de un Boca que buscará marcar historia en un escenario cargado de tensión y necesidad.
“Mañana nos toca ponernos el overol, creo que tenemos las armas y eso nos va a llevar a hacer gol”, anticipó el mediocampista, que también remarcó la importancia de un arranque furioso: “Estamos enfocados en abrir rápidamente el marcador, pero sabemos que va a ser muy difícil”.