El plantel de Boca regresó a los entrenamientos hace una semana, con la mira puesta en el debut por el Torneo Clausura ante Argentinos Juniors. Miguel Ángel Russo ya puso en marcha su planificación para la segunda mitad del año, y aunque todavía no se sumó a los trabajos, uno de los nombres que todos esperan es el de Leandro Paredes, quien está cada vez más cerca de convertirse en refuerzo.
Mientras el equipo se pone a punto en Ezeiza, el campeón del mundo aprovecha sus últimos días de vacaciones en un destino paradisíaco: las Islas Maldivas. Arena blanca, aguas turquesas y mucho sol, en contraste absoluto con el clima invernal de Buenos Aires. Desde allí, Paredes comparte postales relajadas mientras cuenta las horas para volver a vestir la azul y oro.
Antes de llegar a este descanso final, Leandro tuvo una agenda bien cargada durante el receso. Pasó por Miami, donde se reencontró con su amigo el Kun Agüero, jugó al pádel, fue a ver a Boca en el Mundial de Clubes y también se entrenó junto a Paulo Dybala en el predio de la Selección. Luego volvió al país: participó del partido a beneficio de Carlos Tevez, celebró su cumpleaños número 31 con una torta bostera y aprovechó para ver a Q’ Lokura en vivo.
Mientras tanto, su representante ya se encuentra en gestiones con la Roma para terminar de resolver su salida. Aunque el club italiano activó recientemente la extensión de su contrato, Paredes tiene una cláusula que facilita su llegada a Boca por 3.5 millones de euros. Sin embargo, las partes confían en que el pase se resolverá por un monto menor, bajo acuerdo.
Con todo encaminado para su regreso, la única condición innegociable para el jugador era tener vacaciones completas antes de iniciar una etapa que promete ser intensa: desde su vuelta al Xeneize hasta la defensa del título del mundo en 2026. Por ahora, disfruta del sol. La próxima foto, si todo sale como está previsto, será con el escudo de Boca en el pecho.
