Una salida silenciosa terminó abriendo una puerta estratégica para Boca. El club cedió a préstamo al juvenil Ariel Molas y, con esa decisión, habilitó la posibilidad de incorporar un nuevo refuerzo, a pesar de que el mercado de pases local ya está cerrado.
Molas, defensor central de 21 años, fue transferido a Universidad de Concepción de Chile hasta diciembre de este año. El préstamo no tiene opción de compra y el futbolista deberá regresar al Xeneize en enero de 2026. Esta operación, al tratarse de una transferencia internacional, activa una excepción reglamentaria que le permite a Boca mover fichas.
Una salida que le permite a Boca moverse en el mercado
Según lo establece el reglamento de AFA, cuando un jugador se va al exterior, el club puede sumar un reemplazo, incluso fuera del período de transferencias local. De esta manera, el cuerpo técnico y la dirigencia ya trabajan sobre las opciones disponibles para reforzar un plantel que viene de semanas complicadas y con varias bajas.
Molas debutó en la Primera de Boca en julio de 2024 y tenía contrato vigente hasta fines de 2028. Una lesión de ligamentos lo frenó en su proyección, pero ahora tendrá la chance de sumar rodaje en el fútbol chileno, mientras Boca aprovecha su partida para reforzarse.
En medio de un escenario complejo, el préstamo de Molas se transformó en una jugada inteligente: le abre una posibilidad clave a Boca, que ahora podrá incorporar a un jugador más en este mercado.