Después del gol de Santiago Solari que puso en desventaja a Boca, la Bombonera se llenó de ansiedad y murmullo. Desde las tribunas llegó un claro pedido: “Movete Boca, movete, dejá de joder…”, un grito desesperado para que el equipo reaccionara y evitara una derrota que se veía venir.
El gol que cambió todo y la explosión de Riquelme
La calma y la euforia llegaron con un cabezazo preciso de Milton Giménez que igualó el marcador y desató una fiesta en cada rincón del estadio. Pero la celebración no quedó solo en manos de los hinchas. Juan Román Riquelme, presidente y símbolo histórico del club, mostró una faceta poco habitual.
Por primera vez en mucho tiempo, Román estuvo en el banco antes del partido y no pudo contenerse en la agonía del juego: gritó el gol con fuerza, golpeó los carteles publicitarios del palco y se sumó a cantar junto a la hinchada, con una sonrisa y gestos que recordaban las celebraciones de la Bombonera en los años 90. Fue un claro desahogo en medio de una semana agitada, marcada además por la reciente disolución del Consejo de Fútbol.
Quiénes acompañaron a Riquelme en el palco
Junto al presidente estuvieron figuras clave como Chelo Delgado, quien resistió al recorte de personal y continúa siendo la mano derecha de Riquelme. Aunque se había alejado en parte del día a día, siempre mantuvo su rol importante en el club.
También estuvo presente Cristian “Chanchi” Riquelme, hermano del presidente, un hombre fundamental en la estructura del club. Según palabras de Ricardo Rosica, secretario general de Boca, Chanchi es “un nexo entre el presidente y la parte futbolística, responsable de las obras del club, con gran sentido estético y motor de muchos proyectos diarios”.
Pese a su importancia, Rosica destacó que Chanchi ha sido víctima de estigmatización injusta en redes sociales, resaltando la dificultad que implica ser figura pública y tener una familia en medio de la feroz crítica digital actual.