En medio de su presentación oficial como refuerzo de Boca, Leandro Paredes dejó una declaración que encendió la ilusión de muchos hinchas. Consultado por la posibilidad de que Paulo Dybala se sume al club en algún momento, el volante campeón del mundo no esquivó el tema y respondió con sinceridad. “De gustar, me encantaría por la clase de jugador que es y la clase de persona que es. Para él también sería un sueño”, expresó.
Ambos futbolistas comparten una relación cercana desde hace años, forjada en la Selección Argentina, donde fueron parte clave del equipo que levantó la Copa del Mundo en Qatar. Esa complicidad, sumada a las constantes charlas que mantienen, genera expectativa. Aunque Paredes fue claro: “No me meto en la vida de los demás, cada uno tiene su carrera”, dijo, sin querer presionar públicamente a su amigo.
Dybala y Boca: la ilusión no es nueva
La posibilidad de ver a Dybala con la camiseta de Boca no es una fantasía exclusiva de los hinchas. El propio delantero ya dejó en claro que lo tiene en la cabeza. “Por no haber jugado en la Primera de Argentina, lo tengo en mente jugar. Pero no sé si va a pasar. Paredes me presiona todos los días para jugar en Boca”, confesó hace algunos meses. Y agregó: “Yo veo en Instagram, fotos mías de chico, lo de Lea… los hinchas me escriben”.
Dybala, de hecho, se probó en Instituto con la camiseta de Boca, una réplica con publicidad de Pepsi, usada entre 2002 y 2004. Según contó Santos Turza, quien lo descubrió, no pasó inadvertido: “Todo muy bien lo suyo, pero no me vengas más vestido así”, le dijo entre risas después de ficharlo. Un detalle más que alimenta la conexión sentimental con el club de la Ribera.
A pesar de la prudencia de Paredes, la expectativa crece. No descartó el posible arribo de Dybala, quien hoy juega en la Roma pero aún no definió su futuro. En Boca, la simple mención de su nombre alcanza para encender la esperanza, sobre todo con una dirigencia que ya concretó regresos pesados y apunta alto.
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¿Se volverán a juntar en La Bombonera? Por ahora, es una ilusión. Pero el guiño está hecho. Y cuando el deseo viene de dos campeones del mundo, los hinchas se permiten soñar con algo más que una foto del pasado.
