La noche del debut de Boca en el Torneo Clausura tuvo un capítulo especial antes del pitazo inicial. En el Estadio Diego Armando Maradona, Juan Román Riquelme recibió un homenaje de parte de Argentinos Juniors, el club donde dio sus primeros pasos como futbolista y donde todavía hoy es una figura profundamente respetada.
El encargado de entregarle el reconocimiento fue el presidente del Bicho, Cristian Malaspina, quien le obsequió una camiseta de Argentinos con el número 10 y su nombre en la espalda. El gesto fue un símbolo de gratitud hacia quien se formó en sus divisiones inferiores y debutó en Primera División con esa camiseta antes de dar el salto a Boca en 1996.
Riquelme se mostró sonriente y agradecido, saludando a los hinchas y recibiendo una ovación sentida desde las tribunas. La escena fue breve, pero cargada de emoción. No hubo discursos ni formalidades: solo respeto, historia y una conexión intacta con el club que lo vio nacer.
Cabe recordar que el vínculo de Román con Argentinos no se resume a sus años de formación. En 2014, cuando su etapa en Boca ya había finalizado, volvió al Bicho para disputar el torneo de la B Nacional, y fue una pieza clave en el equipo que logró el ascenso a la máxima categoría. Un gesto que profundizó aún más su relación con la institución de La Paternal.
En un mundo donde las rivalidades marcan distancia, la ovación a Riquelme fue un acto de respeto que trascendió camisetas. Porque más allá del presente dirigencial o de su estatus de ídolo xeneize, en Argentinos siempre será uno de los suyos.