La tormenta parece no tener fin en el Club de la Ribera. Boca atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años, sumido en una racha negativa histórica y con un clima interno cada vez más denso. En ese escenario, las críticas apuntan a todos, pero en especial a uno de los nombres más esperados por los hinchas: Edinson Cavani.
El delantero uruguayo, que llegó con bombos y platillos como una de las grandes apuestas del Consejo de Fútbol, no logra justificar su jerarquía en la cancha. Entre lesiones, bajos rendimientos y partidos decisivos donde no pudo pesar, su lugar en el equipo empezó a ser discutido tanto por la gente como por la prensa. Ya no es intocable.
En medio del caos futbolístico e institucional, Cavani decidió hablar, pero sin palabras rimbombantes. Lo hizo desde sus redes sociales, con una publicación sencilla pero que deja entrever su postura en este contexto adverso. “Día de fútbol, a seguir trabajando”, escribió el Matador junto a una serie de fotos suyas entrenando en Boca Predio.
Lejos de ser una declaración polémica o desafiante, el mensaje busca transmitir compromiso y evitar alimentar la polémica. Sin embargo, la realidad deportiva y anímica del equipo no colabora para aliviar el peso que hoy carga Cavani sobre sus espaldas. Es uno de los apuntados en un plantel que no responde y un club que no encuentra el rumbo.
Mientras Miguel Ángel Russo busca rearmar el equipo y levantar el nivel colectivo, el futuro inmediato de Boca exige respuestas urgentes. Y en esa reconstrucción, la figura de Cavani está en el centro de la escena, no solo como ídolo potencial sino también como uno de los grandes responsables del presente.