El plantel de Boca Juniors regresó a la Argentina este viernes tras su eliminación en el Mundial de Clubes. La delegación, encabezada por Juan Román Riquelme y Miguel Ángel Russo, llegó a Ezeiza pasadas las 13 horas. En el aeropuerto se armó un operativo especial para que los jugadores caminaran por un pasillo delimitado con vallas, permitiendo que los hinchas pudieran acercarse a ellos.
Entre los futbolistas más buscados por los hinchas estuvieron Edinson Cavani y Miguel Merentiel. El “Matador” fue el primero en salir por la puerta, y desde ese momento hasta el micro, no paró de atender a los fanáticos: fotos, firmas y saludos no faltaron. Lo mismo ocurrió con Merentiel, quien también fue muy solicitado y mostró un gran gesto de cercanía con los hinchas, pese a la pronta eliminación de Boca.
A pesar del fracaso del Xeneize en el Mundial de Clubes y la dura derrota contra Auckland City, Cavani fue uno de los puntos más altos de Boca durante su participación en el torneo, destacándose por su golazo ante el Bayern Munich y su asistencia en el empate 2-2 contra Benfica.
Sin embargo, no todos los jugadores siguieron el mismo camino al micro. Marcos Rojo, quien estuvo en el centro de la polémica por su discusión con Russo en Estados Unidos y por no haber sumado minutos en el torneo, hizo silencio absoluto. Rojo fue uno de los dos jugadores que no subió al micro, y se retiró solo, acompañado únicamente por su hermano.
El otro jugador que no se subió al micro fue el chileno Carlos Palacios. Aunque salió como todos, optó por alejarse del grupo y partir por su cuenta, algo que no generó controversia, ya que los jugadores fueron liberados y tendrían mini vacaciones hasta el martes siguiente, cuando regresen al trabajo en Boca Predio.
Desde el club, se aseguró que “nos fuimos 35 y volvimos 35”, disipando rumores sobre posibles bajas antes del regreso. Esta frase refuerza el mensaje de que el plantel regresó en su totalidad, a pesar de las especulaciones previas de que algunos jugadores podrían quedarse en EE.UU.