La llegada de Leandro Paredes no es una más. Su regreso al club que lo vio nacer, ahora como campeón del mundo, representa mucho más que un refuerzo estelar para Boca. Desde su aterrizaje, la figura del volante genera una revolución que se traduce en el vestuario, en las decisiones de liderazgo y hasta en los símbolos más profundos del equipo.
La primera gran señal es la camiseta: Paredes usará la número 5, un dorsal que hoy pertenece a Rodrigo Battaglia, pero que ya está hablado que cambiará de manos. Será un gesto significativo, ya que es el mismo número que utiliza en la Selección Argentina y que lo identifica en su carrera internacional. Sin dudas, un acto que confirma su lugar central en el nuevo ciclo.
Pero eso no es todo. En Boca ya se habla de que Paredes también se convierta en el nuevo capitán del equipo. Actualmente, la cinta la lleva Edinson Cavani, otra figura de calibre internacional y con quien Paredes mantiene una excelente relación desde su paso compartido por el PSG. Sin embargo, el uruguayo no es hoy un titular indiscutido para Russo, lo que abre la puerta a una posible transición de liderazgo.

Dentro del club reconocen que Paredes tiene peso específico, liderazgo natural e identificación absoluta con la camiseta, condiciones ideales para portar el brazalete. Su protagonismo en la llegada de Cavani al club, sus vínculos cercanos con otros referentes como Ander Herrera y su rol ya asumido como líder del nuevo Boca lo ubican como principal candidato. Incluso, no se descarta que la capitanía sea compartida o directamente cedida por el propio Cavani.
La cinta ya ha cambiado de manos en el último tiempo: fue de Marcos Rojo, pasó a Cavani y, ante su ausencia, Miguel Merentiel fue el encargado de llevarla en el Mundial de Clubes. Ahora, con el desembarco de Paredes y su lugar asegurado en el once de Russo, todo indica que una nueva era de liderazgo está por comenzar en el vestuario del Xeneize.