El final de un ciclo. O mejor dicho, el cierre de una etapa intensa, con luces y sombras. Mauricio Serna, el ex volante colombiano, campeón de todo con Boca y hasta hace horas integrante del Consejo de Fútbol, eligió despedirse con un mensaje cargado de emoción. Lo hizo a través de sus redes sociales, luego de que Juan Román Riquelme decidiera disolver el Consejo en medio de la profunda crisis deportiva e institucional que atraviesa el club. Los fusibles: él y Raúl Cascini.
“Queridos amigos, queridos hinchas…”, comenzó Chicho en su cuenta de Instagram, con un tono íntimo, casi de carta, acompañado por un collage de imágenes que lo muestran en sus dos etapas en el club: la de futbolista y la de dirigente. “Después de tantos años de dedicación y compromiso, llegó el momento de decir adiós. Boca ha sido mi hogar, mi familia. Cada momento vivido aquí ha sido inolvidable. Quiero agradecerles a todos por el apoyo, la confianza y su amistad”, escribió.
Un adiós que no pasó desapercibido
A lo largo del texto, el colombiano no solo repasó su paso como dirigente, también recordó sus años como jugador, cuando formó parte de uno de los equipos más gloriosos del club, dirigido por Carlos Bianchi. “Tuve el privilegio de participar en una de las campañas más extraordinarias de la historia del club, de la mano de Carlos Bianchi y junto a futbolistas de la talla de Córdoba, Bermúdez, Palermo y del ídolo máximo Juan Román Riquelme, entre tantos compañeros maravillosos”, destacó.
Lejos de mostrarse dolido o enojado, Serna eligió el camino del respeto y el agradecimiento, aunque dejó en claro que su salida no fue por decisión propia. “Hoy doy un paso al costado. No porque quiera alejarme del club, siempre estaré cuando me necesiten, me alejo porque di todo y más y no fue suficiente, porque mi amor por estos colores es muy grande y porque Boca siempre, siempre, estará por encima de todo”.
Para cerrar, se despidió con una frase que emociona, que deja una puerta abierta al futuro, y que transmite su vínculo eterno con la camiseta azul y oro: “Con lágrimas en los ojos, pero con la fe de que todo va a estar bien… Hasta siempre. ¡Los quiero mucho!”.