Boca atraviesa un momento de críticas tras el flojo empate frente a Argentinos Juniors en el debut del Torneo Clausura. Y en ese contexto, desde el club decidieron mover fichas: este lunes, a través de sus redes oficiales, la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme anunció la ejecución y planificación de 77 obras en tres sedes clave del Xeneize: La Bombonera, Casa Amarilla y el predio de Ezeiza.
El mensaje fue claro: “Seguimos transformando cada rincón del club con obras y mejoras integrales para los socios, las socias y el futuro de Boca”, escribieron desde las cuentas oficiales, junto a una placa con el número que impacta. En un contexto en el que el equipo todavía no convence, el club eligió mostrar gestión y estructura como carta fuerte.
Entre los avances más destacados figuran la renovación del túnel de jugadores, los nuevos palcos VIP en la zona Iberlucea, la modernización de vestuarios, más de 7.500 butacas cambiadas y 100 pantallas LED nuevas. Además, se concretó una intervención en los accesos del estadio, la zona de comidas, sanitarios y espacios para socios.
También hubo mejoras en el polideportivo Quinquela Martín, trabajos en la pileta, puestos de comida en populares y refacciones en el hall central. En Ezeiza, mientras tanto, se instalaron gradas, nuevas estructuras para entrenamiento, bancos de suplentes y piletas de recuperación para los futbolistas, entre muchas otras.
El anuncio llega justo después de un resultado que dejó gusto a poco y con los hinchas pidiendo explicaciones. En Boca, esta estrategia no es nueva: cuando el rendimiento deportivo tambalea, el foco vuelve a ponerse en la gestión y las obras. Por ahora, el equipo no encuentra respuestas en la cancha, pero en los pasillos del club buscan sostenerse con cemento, luces y ladrillos.