La derrota de Boca ante Atlético Tucumán por la Copa Argentina no solo marcó una nueva frustración para el equipo de Miguel Ángel Russo, sino que también dejó varias decisiones llamativas. Una de las más sorprendentes fue el regreso a la titularidad de Frank Fabra, quien no comenzaba un partido desde principios de año. Su inclusión despertó interrogantes, y tras la eliminación, el entrenador rompió el silencio sobre su elección.
El colombiano volvió a estar desde el arranque después de largos meses al margen. Su última vez como titular había sido en el debut del Torneo Apertura 2025 ante Argentinos Juniors. Desde entonces, su situación parecía estar completamente relegada, sin minutos ni protagonismo. Sin embargo, Russo decidió apostar nuevamente por él en un momento caliente y con mucho en juego.
Consultado tras el partido, el técnico de 69 años se mostró firme en su postura. “A Fabra lo conozco mucho, hemos hablado, está bien. Hoy para mí jugó un buen partido”, declaró, destacando el rendimiento del lateral pese a los cuestionamientos que arrastra desde hace tiempo. La frase sorprendió, sobre todo porque el colombiano no logró destacarse y fue reemplazado en medio de silbidos por parte de los hinchas.
Además de defenderlo, Russo explicó el motivo de su reemplazo. “Hizo un desgaste muy grande y hace bastante que no jugaba”, argumentó, dejando entrever que la decisión fue también física. No obstante, el rendimiento colectivo del equipo no acompañó y las dudas sobre varias decisiones técnicas continúan creciendo, incluyendo la presencia del cafetero.
A pesar del respaldo público del entrenador, la realidad marca que Fabra no tuvo una noche destacada. Boca volvió a decepcionar, el equipo quedó eliminado y el lateral de 34 años no logró torcer su presente dentro del club. Aún así, Russo no le soltó la mano y fue tajante al hablar de su futuro. “Él está bien conmigo, tiene que seguir trabajando, creciendo y buscando”, sentenció.
El regreso de Fabra fue una apuesta inesperada en un momento de crisis futbolística. Y si bien el DT intentó respaldarlo, la reacción del público y el flojo desempeño colectivo marcaron otra noche negra para Boca. El Xeneize no levanta cabeza y las decisiones del entrenador empiezan a estar en el centro de la tormenta.