Minutos antes del partido, la llegada de Boca a Santiago del Estero fue una fiesta. Leandro Paredes encabezaba una delegación recibida con banderas, fotos, abrazos y ovaciones. Pero tras la caída ante Atlético Tucumán, todo cambió de forma drástica. En la madrugada, y frente al hotel, los mismos hinchas que habían aplaudido al plantel decidieron manifestar su furia con insultos, reproches y un mensaje claro: “Esto es Boca”.
El clima fue tan tenso que los insultos fueron personalizados y sistemáticos. Apenas bajaban del micro, los jugadores eran recibidos con una catarata de agravios. “¿De qué van a descansar ahora, hijos de puta?”, se escuchó como grito generalizado. Belmonte fue uno de los más apuntados: “Viniste de vacaciones”, le gritaron. A Fabra lo destruyeron: “¡Retirate, delincuente!”. Tampoco se salvó Javier García, y el grito que más se repitió fue “¡Están destruyendo al club!”.
Solo dos jugadores se salvaron de la furia
En ese mar de insultos, Leandro Paredes fue la excepción. El campeón del mundo fue el único al que se volvió a aplaudir. “Gracias por volver”, “Mostrales lo que es la pelota”, y “El único, eh, el único”, fueron algunas de las frases que le dedicaron. En menor medida, también hubo cierto reconocimiento para Miguel Merentiel, a quien valoraron por su entrega.
Quien no pudo evitar los reproches fue Edinson Cavani. Aunque intentó saludar levantando las manos en gesto de agradecimiento, también le tocó recibir: “Ponete las pilas, uruguayo”, le gritaron en tono ya menos conciliador que en otras oportunidades. El hincha explotó y ya no perdona ni a los referentes.
El Consejo y Russo también fueron apuntados
Aunque Miguel Ángel Russo fue tratado con respeto, no se salvó de la exigencia. “Dale, Russo, dale”, le pidieron los hinchas con bronca contenida, combinando aliento con presión. Pero la verdadera furia se descargó contra el Consejo de Fútbol, al que reclamaron autocrítica. “Cascini, la concha de tu madre”, fue uno de los gritos más duros de la noche, dirigido al ex mediocampista, hoy dirigente.
La crisis ya no se expresa solo en la cancha. La eliminación de la Copa Argentina detonó un nuevo frente de conflicto que expone la fractura emocional entre los hinchas y el plantel. Boca, otra vez, sumido en su propio caos.
