Boca vive días cargados de tensión, en medio de un presente deportivo muy flojo y una fuerte incertidumbre en varios frentes. En ese contexto, Juan Román Riquelme intenta resolver temas internos que arrastra desde hace meses, y uno de los más delicados es el futuro de Marcos Rojo, que ya no es parte del plantel profesional para Miguel Ángel Russo.
El defensor, que fue capitán y referente del equipo, quedó totalmente colgado en la consideración del cuerpo técnico, y entrena diferenciado junto a otros dos marginados: Marcelo Saracchi y Cristian Lema. Su contrato sigue vigente hasta fin de año, pero desde hace tiempo en el club buscan la manera de acordar una salida, algo que hasta ahora no lograron.

En las últimas horas, Riquelme decidió moverse y aprovechó el interés que tiene por Santiago Ascacibar, mediocampista de Estudiantes, para intentar incluir a Rojo en un posible canje. El presidente de Boca llamó directamente a Juan Sebastián Verón y le ofreció al zaguero más 2.500.000 dólares como parte de pago por el pase del volante.
La respuesta del Pincha fue inmediata y tajante: rechazó por completo la propuesta, sin margen para una contraoferta. Estudiantes no tiene intenciones de repatriar a Rojo, al menos en estas condiciones, y tampoco le convencieron los términos económicos planteados desde Brandsen 805. Así, el plan de Riquelme quedó frenado y Boca sigue con un problema sin resolver.
Por ahora, el futuro de Rojo es una incógnita absoluta, pero está claro que su ciclo en el Xeneize parece terminado. Mientras tanto, el club seguirá intentando negociar su salida y explorar alternativas por Ascacibar, un jugador que está en la mira desde hace varios mercados.