No fue un regreso más. Después de más de una década, Leandro Paredes volvió a jugar en la Bombonera y, una vez terminado el partido ante Unión, rompió el silencio con declaraciones que reflejaron emoción, análisis y compromiso. El campeón del mundo no solo dejó buenas sensaciones en cancha, sino también fuera de ella.
“Estoy mejor de lo que pensaba. Venía de unas vacaciones largas y no había entrenado demasiado con el grupo, pero me sentí cómodo”, confesó el mediocampista tras el empate. Su ingreso en el segundo tiempo le dio claridad a un equipo que venía flojo y hasta asistió en el gol del empate con un córner preciso que conectó Di Lollo.
A la hora de explicar por qué jugó, Paredes fue claro: “No hizo falta hablar con Miguel. Él me vio bien en los entrenamientos y creyó que podía aportar algo en esos minutos“. Así, confirmó que su reaparición fue producto de su buena forma física y del visto bueno del cuerpo técnico.
También hubo lugar para el análisis colectivo. “Hay jugadores de buena calidad. Podemos jugar mucho mejor de lo que lo estamos haciendo“, expresó el ex Roma, dejando en claro que el equipo todavía tiene margen de mejora. Además, destacó la importancia de los laterales en este tipo de partidos cerrados: “Son fundamentales cuando los rivales se meten atrás. Ayudan mucho a los volantes y delanteros“.
El momento más emotivo llegó cuando habló de su familia. “Mi hija está feliz, tenía muchas ganas de verme jugar en Boca. Mis viejos tenían la ilusión de que volviera a la Argentina. Yo trato de disfrutar todo esto al máximo”, dijo, visiblemente emocionado. Después de once años, Paredes volvió. Y su palabra, como su juego, empieza a ser cada vez más determinante.