Leandro Paredes dio un paso clave en la recta final hacia su primer partido como titular desde su regreso a Boca. En la última práctica formal de fútbol, Miguel Ángel Russo lo probó entre los once y encendió la expectativa en el mundo Xeneize.
Después de haber sumado ritmo durante la semana con los jugadores que no tuvieron minutos frente a Argentinos, el campeón del mundo fue parte del equipo principal que ensayó este martes en Boca Predio. Y no fue una inclusión aislada: para hacerle lugar en la mitad de la cancha, Russo movió fichas importantes dentro del equipo. La decisión incluyó una variante táctica significativa que podría marcar un antes y un después.
En ese ensayo, el entrenador ubicó a Paredes como número cinco junto a Williams Alarcón, mientras que Rodrigo Battaglia retrocedió para desempeñarse como zaguero central, algo que ya había hecho durante el ciclo anterior con Fernando Gago. Fue una apuesta pensada para que Leo pueda mostrarse en su posición natural y comenzar a tomar protagonismo en la estructura del equipo.
Además de la aparición de Paredes, hubo una sola modificación respecto al equipo que igualó sin goles ante Argentinos Juniors: Lautaro Di Lollo ingresó por Nicolás Figal, quien no logró recuperarse de la molestia muscular sufrida en La Paternal. Así, el 11 que paró Russo fue: Marchesín; Advíncula, Di Lollo, Pellegrino, Blanco; Battaglia, Alarcón; Braida, Palacios, Velasco; y Merentiel.
El impacto que genera su nombre dentro del plantel es total. Su jerarquía, su recorrido internacional y su identificación con el club lo colocan como una pieza que puede transformar el mediocampo de Boca. Si Russo decide confirmarlo entre los titulares frente a Unión, será un estreno cargado de simbolismo: el regreso de un campeón del mundo a la Bombonera, con la camiseta que más siente.