La bronca de Miguel Ángel Russo era visible en la conferencia de prensa tras la derrota 2-1 ante el Bayern Munich. No era para menos: como contra Benfica, Boca volvió a sufrir un gol en el final, pero esta vez no alcanzó ni para sumar. Sin embargo, lejos de enfocarse solo en la caída, el entrenador resaltó el crecimiento del equipo y ya encendió la esperanza para el cierre del grupo ante Auckland City.
“En el primer tiempo tiramos todas muy largas, hay que estar tranquilos, tener la pelota y jugar. En el segundo tiempo fuimos otra cosa”, analizó Russo. “Provocamos un montón de situaciones. Bayern es un equipo que no te podés descuidar”, explicó. Y dejó claro que el estilo de Boca ya se está asentando: “Más allá de esas cosas desfavorables, hay que seguir. Estas son las formas”.
El foco está en Auckland
Pese al golpe, Russo ya tiene la mira puesta en el martes, cuando Boca se juegue todo ante Auckland City, el rival más débil del grupo. “Tenemos que hacer cambios porque hay mucho desgaste, pero estamos compitiendo a un alto nivel”, avisó. Boca necesita golear y esperar que el Bayern venza a Benfica para clasificar a los octavos de final del Mundial de Clubes.
Aún con la calculadora en la mano, el técnico se mostró confiado. “El empate hubiera caído bárbaro, pero estas cosas son así. No me extrañaría que se den los resultados que necesitamos”, lanzó Russo, dejando claro que la fe sigue intacta en el plantel.
Agradecimiento a la gente y un mensaje directo
En medio del análisis, Russo también se tomó un momento para agradecer al hincha, una constante en cada presentación de Boca en este torneo. “La hinchada es impresionante. Para mí no es nada nuevo, pero emociona igual. Hay que armar una sociedad fuerte con ellos”, valoró.
Y cuando le preguntaron qué hizo para cambiarle la cara a un equipo que venía golpeado, fue contundente: “Está en nosotros el cambiar lo que pensamos y el nivel de juego. Boca es Boca, siempre tiene que estar a la altura”.